La historia de San Petersburgo comenzó el 27 de mayo de 1703, cuando el primer emperador ruso, Pedro I el Grande, fundó la ciudad en el delta del río Nevá, que acababa de ser reconquistada a los suecos.
Durante los primeros 10 años de Petersburgo, o Píter, como la llaman los rusos, se construyó una fortaleza, un puerto marítimo y el astillero de la Flota del Báltico. El comercio rápidamente convirtió a la ciudad en un centro económico, industrial y artesanal.