SPUTNIK MUNDO
Turistas iberoamericanos a bordo del Transiberiano
Sputnik comparte la historia de un grupo de turistas iberoamericanos que recientemente se embarcó en una legendaria aventura a través de Rusia y revela cuál es la manera más fácil de convertir en realidad el sueño de viajar por el mítico ferrocarril Transiberiano, si no hablas ruso.


Por Laís Oliveira



© Sputnik / Alexey Kudenko
Cruzar Rusia de oeste a este a través de la vía férrea más larga del planeta es un deseo de muchos viajeros alrededor del mundo. Sin embargo, la barrera lingüística hace que la mayoría lo piense dos, tres, o incluso 10 veces antes de llevar a cabo tan soñada aventura.

Desde 2014, la empresa estatal rusa de transporte Ferrocarriles Rusos, a través de su agencia de viajes RZD Tour, organiza jornadas transiberianas a bordo del exquisito tren Rusia Imperial. Aquí, lo único en que tienen que preocuparse los turistas es en disfrutar la aventura al máximo. Esta opción rápidamente se vuelve cada vez más popular entre los latinoamericanos.
"En los últimos tres años, los turistas de América Latina empezaron a demostrar un mayor interés en viajar por el ferrocarril Transiberiano. Hemos observado un aumento anual de un 20%. El interés de los latinoamericanos es colosal, sobre todo de brasileños y mexicanos", contó a Sputnik Natalia Artamonova, vicedirectora comercial de RZD Tour.
Natalia Artamonova
RZD Tour
La oportunidad de ver a Rusia desde la ventana de un tren, conocer la cultura y las tradiciones de sus pueblos y nadar en las aguas del Baikal también ha despertado gran interés en los españoles. Junto a Estados Unidos y Australia, España es el país con la mayor cantidad de turistas a bordo del Rusia Imperial en la temporada 2019.
¿Transiberiano o Transmongoliano?
Actualmente, RZD Tour ofrece dos opciones de jornadas transiberianas.

La primera recorre la ruta principal que conecta la parte europea de Rusia con las provincias del Lejano Oriente del país eslavo. Es decir, va de Moscú a Vladivostok.

La segunda opción, conocida como Transmongoliano, permite cambiar la ruta anterior desde Moscú hasta la ciudad de Ulan Udé (cerca del lago Baikal) y luego atravesar Mongolia rumbo a Pekín, en China.
Sputnik estuvo el 24 de junio en la majestuosa estación de trenes Kazanski, en Moscú, desde donde decenas de turistas de distintos países embarcaron en el primer viaje de Moscú a Pekín de la temporada 2019 del Rusia Imperial.
"Desde muy jovencita siempre tuve la ilusión de hacer alguna vez el Transiberiano", contó animada María del Pilar.
María del Pilar García Barrio
España
Para esta española de 64 años de edad, tomar el Transiberiano es una gran oportunidad para conocer diferentes culturas y nuevos lugares. La turista, que viaja en compañía de su tía y una amiga, compartió con Sputnik que estaba particularmente ansiosa por ver Siberia y explorar Mongolia.
Durante 15 días, María del Pilar y los otros viajeros a bordo del Rusia Imperial conocerán ocho importantes ciudades a lo largo de la ruta Transmongoliana, así como el Baikal, el lago más profundo de nuestro planeta. El viaje permite descubrir cómo es Rusia más allá de su capital y atrae incluso a aquellos que ya visitaron el país euroasiático anteriormente.
"Esta es la tercera vez que vengo a Moscú, pero hace rato quería hacer el Transiberiano. Me falta conocer Siberia y Mongolia", contó a Sputnik Griselda, una docente jubilada que voló desde Buenos Aires a Moscú exclusivamente para el viaje en tren.
Griselda Bergonzi
Argentina
A los 67 años de edad, Griselda ya ha visitado más de 100 países y le encanta poder acercarse a distintas culturas en sus viajes. Durante las largas horas en el tren, la turista argentina planea escribir los detalles de la jornada, para luego compartirlos con los internautas en su blog y también en Facebook, donde tiene casi 4.000 amigos.

Gabriela, una sumiller de té argentina que recientemente visitó Corea del Norte, comentó que también planea compartir sus impresiones del viaje en las redes sociales. Además de conocer otro país, su decisión de hacer el fantástico itinerario fue motivada, en parte, por su trabajo.
"Soy amante del té y quería hacer parte de la ruta del té. Uno de los lugares es justamente este. (...) A mí me gusta mucho el té negro y me encanta la ceremonia del té ruso por el uso del samovar. También vine con la idea de llevarme uno, de aprender a usarlo como corresponde, de ver cómo lo usan. Estoy probando tés desde que llegué a Rusia", explicó Gabriela, a quien le enseñaron usar un samovar ya en Moscú, antes de embarcar en el Transiberiano.

La profesión también parece haber influenciado a Víctor, un empresario del sector del transporte, a la hora de elegir el destino de sus vacaciones. En su primera visita a Rusia, el turista canario decidió viajar en el Transiberiano, entre otras cosas, para conocer mejor el tren.
"Decidí hacer este viaje porque un señor me contó que había venido y fue algo fantástico. Lo que más tengo ganas de ver es el tren, me encantan los trenes, espero ver qué tal es. El día libre planeo recorrerlo y si es posible, ver la máquina", explicó el viajero de 45 años a Sputnik.
Víctor Ajeno
España
EL TREN
© RZD Tour
En contramano a las tecnologías modernas, presentes en la mayoría de los trenes rusos, el Rusia Imperial es impulsado a vapor. Los camarotes de la locomotora, sin embargo, no quedaron atrapados en el pasado y son prácticamente un hotel cinco estrellas sobre rieles. Cada cabina está equipada con un baño y una ducha para proporcionar a los viajeros el máximo de confort y privacidad a lo largo de todo el recorrido de más de 8.000 kilómetros.
Los dos vagones-restaurantes dan a los turistas la sensación de haber viajado en el tiempo, debido a su elegante decoración al estilo de la Rusia imperial. Además, hay un vagón bar, en donde los viajeros pueden interactuar los unos con los otros, participar en juegos y competiciones y hasta disfrutar de pequeños conciertos.
"Realizamos conciertos con música en vivo con un acordeonista o un violinista. Tocamos temas conocidos en todo el mundo y también música clásica. Además, tocamos música tradicional rusa, eso les gusta mucho a los turistas", detalló la representante de RZD Tour.
Natalia Artamonova
RZD Tour
El precio del viaje varía de acuerdo con el tipo de cabina elegida. Un camarote de primera clase, el más barato, cuesta 6.055 euros —unos 6900 dólares— por persona. Las habitaciones VIP, por su parte, pueden costar hasta 10.700 euros —unos 12.200 dólares—.
Los valores, sin embargo, incluyen mucho más que una cama y un baño. Con estas tarifas quedan cubiertas las comidas, las excursiones en las ciudades visitadas, un guía en el idioma del viajero, alojamiento en hoteles la noche anterior y posterior al recorrido, así como la presencia de un médico en el tren, a disposición de los pasajeros.
LA RUTA
© Sputnik / Kirill Shipitsin
Moscú es el punto de partida, donde los turistas visitan el Kremlin y la Catedral de Cristo Salvador, pasean por la famosa calle Arbat y exploran las estaciones de metro que son verdaderos museos.

La primera parada del tren es la ciudad de Kazán, la capital de la república de Tartaristán, ubicada a orillas del Volga. Luego, el tren sigue hacia Ekaterimburgo, el lugar donde Europa y Asia se encuentran. Ambas ciudades han ganado protagonismo recientemente al albergar partidos del Mundial de Fútbol de Rusia, en 2018.

Tras conocer la ciudad de Novosibirsk, la tercera más poblada de Rusia, los turistas viajan a Irkutsk, una de las más grandes de Siberia. Lo que viene a continuación es posiblemente el destino más esperado de todo el viaje: el lago Baikal.
"Más que todo, a los turistas les encanta el Baikal. Este lago se convierte en un recuerdo inolvidable para los viajeros de todas partes", asegura Natalia Artamonova de RZD Tour.
Además de observar a las hermosas focas en los bancos del lago, los viajeros más corajosos pueden bañarse en sus aguas, las cuales pueden ser extremadamente gélidas en algunas regiones, incluso durante el verano.

La próxima parada es la última en Rusia: Ulan Udé, capital de la república de Buriatia y hogar de la más grande estatua de Lenin del mundo. Enseguida, los viajeros parten rumbo a Ulan Bator, en Mongolia, donde pueden aprender más acerca de la cultura de sus pueblos nómades e incluso visitar una tradicional 'yurta', la vivienda utilizada en las estepas. La épica jornada termina en la capital china, Pekín.
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