El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en octubre de 2018 la retirada de Washington del Tratado para la Eliminación de Armas Nucleares de Alcance Corto y Medio (INF) porque Rusia está supuestamente violando sus condiciones.

EEUU insiste en que Rusia debe renunciar a su misil 9M729 (SSC-8). Basan esa petición en que su alcance supera el permitido por el Tratado INF.

Moscú ha tildado de infundadas las acusaciones de EEUU. Reiteran que el proyectil 9M729 ni fue diseñado ni se puso a prueba para un alcance que superase la distancia máxima permitida por el INF.

A su vez, el Ministerio de Exteriores de Rusia acusó a EEUU de estar probando sistemas prohibidos por el tratado bajo el pretexto de estar desarrollando un sistema de defensa antimisiles.

Además, Rusia se opone al emplazamiento en el continente europeo de los sistemas de defensa antimisiles Aegis, puesto que, en cuestión de horas, se pueden transformar en sistemas de ataque.

Según el tratado, firmado por EEUU y la URSS el 8 de diciembre de 1987, las partes están obligadas a eliminar todas las lanzaderas y misiles de emplazamiento terrestre con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros en un plazo de tres años. Esto incluye tanto los proyectiles que se encuentran en la parte europea de la URSS como la asiática.

El tratado estaba provisto de procedimientos a seguir por los inspectores para controlar la eliminación de los misiles de la otra parte.