Las alegrías secretas de las jóvenes rusas, contadas por una de ellas
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Entro en la sala de baile y todo brilla, el aire está lleno de expectativas de placer y entretenimiento. Chicas vestidas de punta en blanco se reúnen en grupillos al lado de las paredes y susurran entre sí tapándose la boca con las manos cubiertas con guantes.

Todo es como si el siglo XXI o el XX nunca hubiesen existido. Solo la cámara profesional de un fotógrafo puede romper la magia. Pronto suena la música y los jóvenes toman a su pareja para una polonesa.
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"Se considera que el punto de partida es el año 1995, cuando varias personas de San Petersburgo interesadas en el baile asistieron por primera vez a una clase de baile histórico en Polonia. El grupo más activo de estas danzas, en términos de estudio, incluye a los aficionados a los juegos de rol [una subcultura rusa y mundial], fue de este entorno de donde salió la abrumadora mayoría de los investigadores de la danza histórica"
Dmitri Filimónov
investigador y profesor de bailes quien, en el siglo XXI, es doctor en matemática y profesor de universidad.
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*Los aficionados a los juegos de rol: comunidad informal de personas que toman parte en diferentes juegos, principalmente relacionados con la historia o la literatura fantástica, que imitan a personajes de libros o históricos, con sus correspondientes guiones.

Es tanto un pasatiempo como una subcultura, con su propia jerga, música, literatura y otros elementos característicos. El movimiento en la URSS surgió en los años 1980 y alcanzó su auge a mediados de los 1990, tras la caída de la Unión Soviética.
El punto de partida de esta afición, que más tarde abarcaría miles de personas, fueron las clases de unos profesores europeos.

En el 2001, surgió en Rusia el Festival de Danza Antigua, donde los que habían tenido la suerte de asistir a estas clases compartían conocimientos con los demás.

Luego comenzaron a invitar a profesores de Europa y Estados Unidos al festival que tenía lugar en San Petersburgo cada año, explica Dmitri.


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Los libros de la Biblioteca del Congreso de EEUU, publicados en línea en forma digital, fueron las primeras fuentes para el estudio de los bailes originales. Allí hay tanto descripciones escritas de los movimientos, como sus 'esquemas' —imágenes de cómo un baile se ve desde arriba—.
En muchos países hay un gran interés en las danzas históricas, pero en Rusia hay una diferencia importante: en primer lugar, a menudo es trabajo voluntario y no remunerado para docentes e investigadores, y en segundo, la comunidad rusa es muy joven.

En Occidente, las danzas históricas son una pasión que une a personas de edad avanzada, a menudo jubilados. En Rusia, suelen ser estudiantes y graduados de la universidad, destaca Dmitri.

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"Una chica me llevó a un baile de 'Bosques dorados'; me involucré, empecé a enseñar los bailes a los demás, luego a reconstruirlos a base de fuentes escritas y aquí estoy", explica Rostislav Kondratenko, ingeniero de formación.
Filimónov y Kondratenko son miembros ilustres y profesores de baile de uno de los clubes más influyentes: 'Bosques dorados' (Zolotíe lesá, en ruso).

Graduados de las mejores universidades moscovitas, hicieron una carrera en ingeniería y matemática.

A ellos, como a la mayoría de los aficionados al baile histórico, este 'hobby' no les trae ninguna remuneración, por el contrario, les cuesta dinero.

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Bailes históricos
Y es que la afición no es barata. La gente que quiere participar en los grandes bailes en mansiones y palacios de Rusia necesita, además de asistir a las clases de baile impartidas por Dmitri, Rostislav u otros profesores, tener ropa de la época.

Los vestidos para mujeres y trajes para los hombres son confeccionados tanto por los mismos aficionados por como por sastres profesionales.

Su precio comienza desde los 100 dólares, pero los hay mucho más caros, depende de la tela y de la complejidad del trabajo.

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Pero el vestido no lo es todo. Para sentirte como una dama del siglo XIX, tendrás que pensar en la ropa interior, el peinado y, por supuesto, en hacer uso de los modales adecuados.

Un corsé, o más bien, varios, para cada época diferente, son un 'must have' para cualquier bailadora que se precie. Los hombres lo tienen más fácil, pero tampoco pueden ir vestidos con 'jeans'.

Nada estropea tanto la magia de un baile como las mujeres que se sientan con las piernas cruzadas o miran la pantalla de su móvil, aún vestidas en un majestuoso atuendo y rodeadas de las paredes de una mansión del siglo XVIII.
"Es importante comprender el contexto de la época que quieren reconstruir, cómo funcionaba la estética en aquel momento en general y la de la danza en particular. No mezclar los conceptos de la vida moderna con la reconstrucción. Es complicado"
Rostislav Kondratenko
ingeniero de formación
La etiqueta es relativamente estricta y no favorece al feminismo del siglo XXI. Las mujeres esperan la invitación de un hombre y, si no la reciben, se quedan paradas al lado de la pared.

Por supuesto, no todas están preparadas para esperar y sonreír incluso a falta de atención masculina.

Algunas bailan en parejas de dos mujeres, algunas prefieren echar largas miradas a los hombres que pasan a su lado y otra prefieren incluso mencionan 'sutilmente' cuánto les gusta algún baile que está en el programa.

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Mientras tanto, existen bailes con esquemas y movimientos extremadamente complicados, como la Cuadrilla francesa o el Minueto.
No obstante, incluso cuando alguien te invita, puedes salir a la pista de baile solo en caso de que sepas cómo bailar.

Un vals, por ejemplo, no presenta muchas dificultades, aunque su técnica es bastante diferente de la que se usa en los bailes modernos.

Mientras tanto, existen bailes con esquemas y movimientos extremadamente complicados, como la Cuadrilla francesa o el Minueto. Para bailarlos sin tropezar hay que practicar todo el tiempo y memorizar la secuencia como lo hacen los bailarines profesionales.

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Los bailes pueden tener lugar en cualquier tipo de sala, desde un recinto universitario hasta un palacio de herencia cultural mundial.

Hace un par de años tuve la suerte de presenciar un baile en la Casa Pashkov, una mansión neoclásica que se encuentra en una colina con vistas al muro occidental del Kremlin de Moscú.

El baile estuvo dedicado a una famosa obra teatral del poeta ruso Mijaíl Lérmontov, 'Mascarada' y todos los invitados estaban vestidos según la moda de los años 1830. Todas las damas, sin excepción, llevaban máscaras.

Les puedo asegurar que nada te hace sentir más una verdadera princesa que bailar en la misma sala donde hace un par de siglos bailaban los príncipes y princesas reales.

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Fotos: Yuri Klimenko / Dmitri Ivanov
Texto: Elizaveta Shagina
Diseño: Elizaveta Shagina
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