Con todo respeto hacia sus colegas, respondía con habilidad —y a menudo de una manera mordaz y viva— a sus quejas y ataques. Las disputas más calientes, cubiertas por todos los medios internacionales, las protagonizó junto a la representante permanente de EEUU, Samantha Power.
No había escasez de choques: las situaciones en Ucrania y Siria los proveían de una manera ejemplarmente regular. En diciembre de 2016, al discutir la situación en la ciudad siria de Alepo, Power criticó las acciones de los militares sirios. En respuesta, Vitali Churkin le aconsejó que recordara las acciones de su propio país: