Milica Rakic, una niña de tres años, se convirtió en el símbolo del sufrimiento del pueblo serbio.
Un fragmento del proyectil lanzado por la OTAN impactó contra el apartamento donde vivía con sus padres. La niña falleció.
Por su parte, el secretario de prensa de la OTAN, Jamie Shea, calificó la muerte de civiles a causa de los ataques aéreos de la alianza como "daño colateral".