La primera campaña militar del portaviones ruso Almirante Kuznetsov
El portaviones Almirante Kuznetsov, la embarcación más grande y poderosa de la Armada de Rusia, única embarcación de este tipo en el país eslavo, participó a finales de 2016 en una campaña militar en el mar Mediterráneo que fue calificada por el Ministerio de Defensa ruso como "excepcional e histórica".
El 15 de octubre de 2016, la flota más potente en la historia de la Armada rusa abandonó el puerto de la ciudad rusa de Severomorsk para dirigirse a las costas de Siria.
El conjunto de naves estaba conformado por el crucero nuclear Pedro el Grande, los buques antisubmarino Severomorsk y Vicealmirante Kulakov y diversas embarcaciones de apoyo logístico. Juntas, estas joyas de la Armada rusa eran ya una temible fuerza de combate; pero conseguir un verdadero superescuadrón era posible solo con la llegada del portaviones Almirante Kuznetsov.
Con casi 2.000 tripulantes, 30 aviones y 25 helicópteros a bordo, además de los misiles Granit —con el poder para aniquilar a todo un grupo naval de cualquier enemigo— y un potente sistema de defensa antiaérea y antisubmarina, el Almirante Kuznetsov es más que un barco del tamaño de una manzana residencial; es toda una división militar flotante.
La clase de Almirante Kuznetsov —inicialmente conocido como clase Kiev— ocupa el honorable segundo lugar en la lista de los portaviones más grandes del mundo, superado sólo por los portaviones estadounidenses USS Nimitz, pero delante del portaviones francés Charles de Gaulle y el portaviones italiano Giuseppe Garibaldi. No obstante, en términos de velocidad no tiene nada que envidiar a sus enemigos.
El trampolín de 115 metros de largo del Almirante Kuznetsov es único en su tipo: se trata básicamente de una pista de despegue ordinaria doblada hacia arriba en la proa, para dar un impulso al avión a la hora de despegar. Los portaviones estadounidenses utilizan un principio de despegue diferente: en lugar de un trampolín, ellos utilizan una catapulta que propulsa a los aviones fuera de la nave. Aunque el sistema de catapulta tenga muchas virtudes, el trampolín del Almirante Kuznetsov le permite ser el único buque del mundo que puede llevar a bordo cazas pesados.
© Sputnik / Ministerio de Defensa de Rusia
Desde el principio de la campaña militar, las fuerzas de la OTAN monitorearon atentamente el recorrido del portaviones ruso hasta llegar a su destino final en Siria. Tan solo durante su paso por La Mancha, el Almirante Kuznetsov fue acompañado de cerca por el destructor británico Duncan, la fragata británica Richmond, la fragata neerlandesa Evertsen y la fragata belga Leopoldo I.

Lo anterior sin contar el sinnúmero de helicópteros, aviones y drones de la OTAN que también se acercaron al portaviones ruso. Entre estos últimos se destacan el avión de reconocimiento aéreo de largo alcance Breguet Br.1150 Atlantic, el avión de alerta temprana Grumman E-2 Hawkeye, el avión de patrulla marítima Lockheed P-3 Orion, los cazas polivalentes F-16 Fighting Falcon y el helicóptero Westland Lynx.

Almirante Kuznetsov pasa por La Mancha
Evidentemente, el desplazamiento [del Almirante Kuznetsov a las costas de Siria] ha llamado la atención, especialmente, de los países miembros de la OTAN. Hasta ocho buques de combate han llegado a acompañarnos desde la entrada a la región del Reino Unido; sin embargo, no hubo ninguna violación del derecho marítimo internacional. Es una práctica común acompañar a las flotas que entran a una región marítima.
Vladímir Koroliov
Comandante de la Armada Rusa
Es bien sabido que una embarcación de este tipo no puede pretender navegar sin escolta. En conformidad con el esquema clásico, el grupo de acompañamiento debe incluir un crucero que asegure su capacidad de combate, al menos 3 o 4 fragatas, un submarino y un navío logístico, que además de tareas de transporte, realice misiones de distracción.
De esta manera, el enemigo debe adivinar en la pantalla de sus radares dónde se encuentra el navío logístico y donde, el portaviones.
© Sputnik / Ministerio de Defensa de Rusia
El Almirante Kuznetsov es un verdadero buque de combate capaz de defenderse férreamente. Las armas más poderosas de esta embarcación son 12 misiles Granit, cada uno con un peso de 7 toneladas y un radio de acción de 700 kilómetros. Para defenderse de ataques aéreos, el portaviones ruso cuenta con un sistema de misiles de defensa aérea Kortik, los módulos de artillería AK-630 y los misiles guiados mar-aire Kinzhal.
Para defenderse de un ataque con torpedos el portaviones cuenta con un sistema de defensa antitorpedos instalado en la proa. Junto con el lanzamiento de una bomba reactiva, el Almirante Kuznetsov puede realizar maniobras de evasión para evitar el impacto del torpedo. Además, la embarcación está equipada con dispositivos de interferencia para desviar el torpedo, dándole tiempo a la tripulación para preparar el contraataque.
Las embarcaciones emprendieron el viaje a Siria a máxima velocidad. En tan sólo once días, todo un récord, alcanzaron Gibraltar; a la entrada del golfo el portaviones se alistó para reabastecerse de combustible en el mar Mediterráneo.
Las reservas que los barcos traían consigo eran suficientes para realizar las tareas propuestas.
Las embarcaciones tenían consigo no sólo combustible, sino también agua. Este grupo de naves puede realizar tareas autónomamente por 45 días. Después de superar Gibraltar, el buque cisterna Dubna fue amarrado al Almirante Kuznetsov para la entrega de agua y combustible. Al decimoquinto día de viaje, el Almirante Kuznetsov levantó anclas y abandonó el lugar de su primer alto en el camino, para proseguir adelante, hacía el oriente. Diez días después, los militares rusos empezarían los vuelos de combate en Siria.
El despegue de cualquier caza, incluso para vuelos de prueba, es toda una operación especial. No se puede hablar de nimiedades, cuando lo que está en juego es la vida y la salud del piloto. En el barco todo el tiempo montan guardia vehículos de incendios y servicios de apoyo técnico.
Es por eso que antes del despegue del avión, un helicóptero de socorro Ka-27 alza el vuelo, seguido de un helicóptero antisubmarino Ka-29. Las aeronaves se cubren mutuamente y rescatan al piloto en caso de un accidente.
El 8 de noviembre de 2016, el honor de ser el primer helicóptero en despegar desde el Almirante Kuznetsov en una misión de combate real fue del Ka-31, una aeronave naval de alerta temprana. Así empezó la operación militar del Almirante Kuznetsov en Siria.
La aparición del Almirante Kuznetsov en el mar Mediterráneo alarmó, por supuesto, a las escuadras navales y militares de EEUU que están allí emplazadas. Pero lo más importante es que nuestro portaviones puede cumplir diversas funciones y su presencia en esa región es un evento significativo
Víctor Baranets
Experto militar
En una reunión con altos cargos del ministerio de Defensa y de la industria de armamento de Rusia organizada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el Ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, declaró que Rusia había lanzado una operación de envergadura para bombardear las posiciones de Daesh y el Frente al Nusra (Frente Fatah al Sham) —ambas proscritas en Rusia y otros países— en las provincias sirias de Idlib y Homs.
Los principales objetivos eran las reservas de municiones y las "fábricas para la preparación de toda clase de armas, que puede producir daños serios". Los terroristas habían puesto a punto las fábricas de producción y eran exactamente estos lugares los que se convertían en objetivos de los ataques, como resultado de un arduo proceso de inteligencia.
La aviación elimina 30 terroristas del Frente Fatah al Sham en Siria
© Sputnik / Ministerio de Defensa de Rusia
El número de accidentes en el portaviones de ningún modo se relaciona necesariamente con el nivel de profesionalismo de la tripulación. En la mayoría de casos, la razón para los accidentes son las complicadas construcciones de ingeniera, los sistemas de fiabilidad y el funcionamiento de la técnica aérea en espacios muy limitados (por ejemplo, el aterrizaje de un aparato de 20 toneladas en una cubierta de 300 metros de longitud a una velocidad de 250 kilómetros por hora). Y, por supuesto, el azar.
Aterrizar un caza en un portaviones es todo un arte. El piloto que quiere aterrizar un avión en una cubierta en movimiento debe ser muy exacto y realizar un "trabajo de filigrana", para no salirse de los parámetros dados. El 14 de noviembre de 2016 un caza MiG-29 sufrió un accidente a causa de un fallo técnico a varios kilómetros del portaviones, mientras se preparaba para aterrizar; el piloto se catapultó a tiempo y no hubo víctimas mortales.

El 5 de diciembre, después de realizar tareas militares en siria, un caza Su-33 se salió de la cubierta durante su aterrizaje en la cubierta del Almirante Kuznetsov. El incidente ocurrió por la ruptura de la cadena de aterrizaje. El piloto del caza alcanzó a catapultarse y regresó a bordo con la ayuda del servicio de búsqueda y rescate.
El incidente no afectó a las operaciones en la región. Los ataques contra las posiciones terroristas continuaron sin descanso y el Almirante Kuznetsov junto al grupo naval de la Flota del Norte prosiguió con la operación en el mar Mediterraneo.
Se trata de un trabajo tenso, difícil y heroico. Lo primordial es que la vida del piloto está fuera de riesgo
Dmitri Peskov
Portavoz del presidente de Rusia
El destructor antisubmarino Vicealmirante Kulakov de la Flota del Norte rusa, que también participaba en la operación, tuvo tiempo de rescatar a un barco pesquero ucraniano que estaba naufragando en el Mediterráneo. La embarcación había perdido el rumbo el 21 de noviembre y, antes de la llegada de Kulakov, llevaba dos días a la deriva.
Vicealmirante Kulakov llega al barco averiado para prestar ayuda médica a la tripulación ucraniana
En dos meses de presencia de la flota rusa en Siria, los pilotos de la Aviación Naval de Rusia realizaron 420 vuelos militares, entre ellos 117 en horas de la noche. En total, 1.252 objetivos terroristas fueron destrozados.
Los bombardeos se realizaron contra objetos de infraestructura, concentraciones de combatientes de los grupos terroristas y de técnica militar, posiciones de ataque y puntos de apoyo de las fuerzas ilegales. El 15 de noviembre de 2016, la fragata Almirante Grigoróvich de la flota del mar Negro realizó ataques con misiles Kalibr contra blancos terroristas de Daesh en territorio sirio. Todos los objetivos fueron destruidos.
El Portaviones Almirante Kuznetsov en acción
© Sputnik / Servicio de prensa de la Flota del Norte
El 6 de enero de 2017 el ministerio de Defensa de Rusia anunció la retirada del Almirante Kuznetesov de Siria, en conformidad con la decisión del presidente de Rusia, Vladímir Putin, de disminuir el número de tropas rusas en Siria.
Anteriormente, el jefe de Estado aceptó la propuesta del ministerio de Defensa de reducir el contingente ruso en Siria, señalando, sin embargo, que Rusia continuaría apoyando a Damasco en la lucha contra el terrorismo internacional y la realización de los acuerdos logrados.
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