La masacre de Septiembre Negro
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El día que a Israel le arrebataron la esperanza
Era la madrugada del 5 de septiembre de 1972.

Los deportistas de la selección israelí estaban durmiendo, preparándose para un nuevo día de competiciones en los Juegos Olímpicos de Múnich, cuando un grupo de terroristas palestinos del grupo Septiembre Negro entraron en sus apartamentos y tomaron a varios miembros del equipo como rehenes.

Sputnik habló con dos miembros de la selección olímpica israelí que fueron testigos de estos eventos que ensombrecieron los Juegos Olímpicos, un acontecimiento deportivo que siempre ha sido considerado como un símbolo de la hermandad de los pueblos.

Los entrevistados relataron cómo perdieron a sus amigos y cómo aquel día cambió sus vidas.
Shaul Ladany
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Un sobreviviente desde la niñez
Shaul Ladany nació en 1936 en Yugoslavia. Cuando los nazis atacaron el país en 1941, Shaul tenía cinco años. La Luftwaffe —la Fuerza Aérea nazi— bombardeó objetivos estratégicos en el país y su casa fue alcanzada por uno de esos proyectiles.
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"Recuerdo cómo nos cubríamos de las bombas en el baño de la casa. En un momento, sonó un ruido muy fuerte y mi abuela se lanzó sobre mí para protegerme. No resultamos heridos, el proyectil cayó diagonalmente y entró en el sótano donde se había escondido la mayoría de nuestros vecinos. Hubo algunos muertos en el ataque. Así comenzó la guerra"
Shaul esperaba reunirse con su padre en Belgrado —capital de Yugoslavia—. No obstante, en ese momento, los nazis ordenaron a todos los judíos ir a un lugar determinado a riesgo de ser ejecutados de no cumplir con esa orden; sin embargo, los que obedecieron fueron enviados a una cámara de gas, recordó el entrevistado.
La familia logró escapar hacia los territorios ocupados por Hungría para después acabar en la capital del país, Budapest. Consiguieron llegar a esta ciudad gracias a que lograron hacerse con documentos falsificados.

Pero hasta allí llegó su suerte: los nazis entraron en Hungría en 1944 y entre sus objetivos estaba el de encontrar a todos los judíos.
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"Entonces mis padres trataron de esconderme. Sin embargo, pronto nuestra familia acabó en un gueto y un poco más tarde nos trasladaron al campo de concentración Bergen-Belsen, en la parte norte de Alemania [campo donde murió Ana Frank]"
Aquí la fortuna le sonríe de nuevo: la familia tuvo la suerte de ser una de las pocas rescatadas gracias a una operación clandestina organizada por judíos estadounidenses que hicieron un trato con los nazis para liberar a varios prisioneros a cambio de un rescate, contó el entrevistado.

La familia, luego, llegó a Suiza y de esta manera logró sobrevivir los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Durante sus años universitarios e incluso tras su culminación, Shaul fue un aficionado a los maratones. Posteriormente, comenzó su carrera en la marcha atlética. Ladany llegó a dominar este deporte y batió varios récords mundiales, además de participar en los Juegos Olímpicos de México.

En abril de 1972, estableció un récord mundial al caminar 50 millas —cerca de 80 km— en 7 horas 23 minutos y 50 segundos, un récord que se mantiene hasta el día de hoy.
Los días más oscuros
Tras culminar la Segunda Guerra Mundial, la familia regresó a Belgrado y un par de años más tarde decidió mudarse al Estado de Israel. Aquí Shaul ingresó al equipo olímpico del país.

En 1972, este equipo tuvo la desdicha de ser uno de los 'protagonistas' del ataque terrorista que tuvo lugar durante los Juegos Olímpicos de Múnich, Alemania.
Los apartamentos donde vivían los miembros del equipo olímpico israelí eran de dos plantas. Eran cinco viviendas y se ubicaban adyacentes unas a otras.
Policías de Alemania Occidental en la villa olímpica
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Una foto del edificio donde tuvo lugar la toma de rehenes
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Unos policías de Alemania Occidental miran hacia la villa olímpica
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Dos policías de Alemania Occidental sobre el edificio donde los terroristas tomaron rehenes
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Los terroristas del grupo Septiembre Negro atacaron la madrugada del 5 de septiembre el primer y tercer apartamento. Ladany vivía en el segundo con algunos miembros del equipo.

Cuando el grupo terrorista atacó, un compañero de la planta de arriba lo despertó y le dijo que había sucedido algo.
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"Sin pensar mucho fui a la puerta de nuestro apartamento aún en pijama. El compañero que me despertó me dijo que uno de los entrenadores había sido asesinado. No vi la escena, pero miré hacia el primer apartamento y vi que a unos cuatro o cinco metros de mí había una persona de piel oscura"
El terrorista no vio a Shaul porque estaba hablando con una mujer de la guardia quien le pidió al agresor que permitiese a la Cruz Roja entrar a los apartamentos para ayudar a los heridos.
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"El terrorista dijo que no. Entonces la mujer insistió, dijo que los terroristas tenían que ser más humanos. El atacante argumentó que los judíos no eran humanos. Entonces entendí que algo grave había sucedido y cerré la puerta"
Ladany subió a la segunda planta del apartamento donde estaban otros miembros de su equipo, todos ya vestidos con sus uniformes. Cuando les preguntó sobre los detalles, le señalaron una mancha oscura cerca del primer apartamento.

Le explicaron que la mancha sobre la acera era sangre del entrenador, a quien los terroristas habían matado y cuyo cuerpo ya habían retirado.
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"Uno de mis compañeros entonces dijo que teníamos que escapar de la vivienda donde estábamos y todos bajamos a la primera planta. Yo empecé a ponerme mi uniforme justo sobre mi pijama. Los demás salieron del edificio corriendo en zigzag"
Cuando terminó de vestirse, Shaul tomó la decisión de no escapar del lugar, sino de ir al quinto apartamento, donde se encontraba el jefe de la misión. En aquel momento pasó por el tercer apartamento sin darse cuenta de que allí también había rehenes.
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"Durante el ataque no tuve miedo, si bien estaba solo a unos cinco metros de un terrorista. Tomé el riesgo de no correr de mi apartamento, sino de ir al quinto apartamento para avisar a los que estaban allí y salvar sus vidas. Luego salimos del apartamento y todos escapamos"
El desenlace
Ladany tiene una teoría del porqué los terroristas no atacaron el segundo apartamento.
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"Cada apartamento tenía una placa con los nombres de los que vivían dentro escritos en mayúscula. Seguro que los terroristas recopilaron de antemano información sobre las futuras víctimas, de ahí que es posible que se enteraran de que en el segundo apartamento estaban dos buenos tiradores [olímpicos]"
El entrevistado piensa que es probable que los terroristas conocieran las reglas de las villas olímpicas y supieran que los tiradores tenían derecho a tener armas en sus habitaciones y a almacenarlas allí.

A su juicio, los agresores probablemente pensaron que en caso de entrar en el segundo apartamento, se enfrentarían a dos tiradores "que sabían cómo disparar y cómo dar en el blanco", por lo cual decidieron no arriesgarse.
Algunos policías de Alemania Occidental sobre el edificio donde los terroristas tomaron rehenes
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Vehículos blindados de la Policía de Alemania Occidental en la villa olímpica
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Protestantes llaman a suspender la celebración de los JJOO después de la toma de rehenes
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Una mancha de sangre en el apartamento donde los terroristas retuvieron a los rehenes
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El deportista se dio cuenta de la gravedad de lo que estaba sucediendo solo al día siguiente, 6 de septiembre, cuando llegó información de que el intento de la Policía alemana de rescatar a los capturados fue un fracaso.

Durante la operación de rescate fallida, todos los rehenes fueron asesinados en el aeropuerto de Múnich cuando los terroristas intentaban partir hacia El Cairo.
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"El día 5, mi nombre no fue incluido en la lista de los miembros del equipo que no habían sido capturados. Al día siguiente, muchos periódicos informaron que fui asesinado. Incluso mi esposa no estaba al tanto de que yo había sobrevivido porque no publicaron mi nombre en la lista, solo se enteró la madrugada del día 6"
Primero se celebró una ceremonia fúnebre en Múnich, que contó con la participación del entonces ministro de Exteriores Walter Scheel —quien luego se convertiría en el presidente de Alemania Occidental—. Les dio un apretón de manos a los restantes miembros de la selección, recordó.
Luego los deportistas regresaron a Israel donde hubo una recepción enorme justo en el aeropuerto, a la que asistieron decenas de miles de personas.
© Autobiografía de Shaul Ladany
"A partir de entonces han pasado muchas cosas en mi vida. Hoy tengo 82 años y sigo caminando y compitiendo. Incluso tengo previsto competir este mes aunque ahora soy más lento. Bueno, cuando tienes 82 años no puedes esperar tener la misma velocidad que tenías cuando eras joven.

Aquel evento cambió mi vida. Soy muy precavido, aunque no tengo miedo de ninguna cosa. No tengo miedo de morir, pero sigo siendo cauteloso. Estoy orgulloso [de ello]"
Esther Roth-Shahamorov
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La pesadilla que se hizo realidad
Esther Roth-Shahamorov nació en Tel Aviv en 1952. Logró llegar a los Juegos Olímpicos porque cumplió con todos los requisitos necesarios. Tenía previsto correr los 100 metros vallas en las semifinales. Unos días antes de la competición, estaba durmiendo en su apartamento cuando sucedió el ataque.
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"A las seis de la madrugada tocaron mi puerta y me dijeron que los hombres de nuestro equipo fueron tomados como rehenes. No podía creer lo que escuchaba. Empecé a preguntar quién y cómo lo hizo. No tenía ni idea de cómo reaccionar"
Le dijeron que recogiera sus pertenencias porque iban a trasladarla a un lugar seguro junto con los demás israelíes que lograron escapar.

Cuando los rescataron, pasaron a unos 200 metros del escenario del ataque sin saber lo que estaba pasando exactamente. Se enteraron de lo que había ocurrido solo cuando vieron la televisión y escucharon la radio.
Un hombre mira hacia la villa olímpica
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Esther Roth-Shahamorov con su entrenador Amitzur Shapira
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Un helicóptero destruido tras el intento fallido de rescate de los rehenes israelíes
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Los terroristas del grupo Septiembre Negro que sobrevivieron el asalto de las fuerzas de seguridad alemanas
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Los terroristas exigieron poner en libertad a unos 200 reos palestinos que se encontraban en las cárceles de Israel. Si las autoridades israelíes no cumplían con estas exigencias, los atacantes iban a matar a los rehenes.
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"Perdí a mi entrenador en el ataque, Amitzur Shapira. Fue él quien me dijo en el primer entrenamiento que me preparaba para los Juegos Olímpicos. Fuimos a Múnich para esto. En aquel entonces yo solo tenía 19 años. Ni yo ni el mundo entero podía entender cómo algo tan terrible podía haber pasado en las Olimpíadas"
Explicó que Israel es un país pequeño y todos los del equipo entrenaban en el mismo lugar por eso todos se conocían muy bien.

El equipo perdió a 11 personas en aquel ataque.

Esther sabía que la situación era muy grave desde el principio porque se dio cuenta de que dos miembros del equipo olímpico israelí fueron masacrados al comienzo del ataque.
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"Cuando vino el helicóptero para traer a los rehenes [hacia el aeropuerto de Múnich], me dijeron que tenía que irme a dormir, porque me tocaba competir al día siguiente. Me negué a correr porque no podía hacerlo mientras mi entrenador siguiera en cautiverio"
Sueño robado
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"Después, la entonces primera ministra de Israel, Golda Meir, ordenó que todos los deportistas regresaran de Múnich a Israel. Volamos en el mismo avión que los muertos y fue muy difícil. Cuando aterrizamos en el aeropuerto, había una gran cantidad de personas y no pude contener las lágrimas"
Las víctimas del atentado fueron enterrados de inmediato. Roth-Shahamorov afirmó que nunca se olvidará de aquel día.

Posteriormente, todos los deportistas, entre ellos Esther, dejaron de participar en las competiciones oficiales.
Ceremonia fúnebre en el estadio de Múnich
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La bandera de Israel a media asta en homenaje a los difuntos deportistas
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Los ataúdes con los cuerpos de las víctimas del atentado en un aeropuerto en Israel
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Esther Roth-Shahamorov muestra los nombres de las víctimas del equipo olímpico israelí a su hija
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Sin embargo, unos meses más tarde, la deportista entendió que tenía que rendir homenaje a su entrenador difunto y la mejor manera de hacerlo era tomar parte en los Juegos Olímpicos. De esta manera llegó a participar en los de Montreal de 1976.

Además, relató que también se preparó para los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, pero Israel no participó en este evento deportivo —en aquel entonces muchos países de Occidente boicotearon los JJOO por la operación militar soviética en Afganistán—.
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"Soñaba con mis primeros Juegos Olímpicos, quería participar y me estaba preparando. Batí un récord, estaba a punto de ir a la final y pasó esto. Nuestro equipo era muy feliz. Antes Israel no tenía mucho éxito en las Olimpíadas, pero aquella vez estábamos seguros de que íbamos a conseguir muchas cosas. Teníamos esperanza y los terroristas la mataron"
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Fotos: Wikimedia Commons, AFP, AP Photo
Texto: Sputnik
Diseño: Denis Lukyanov
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